top of page
  • Foto del escritorNagore LM

Mira que lo tenía preparado....

Son las 7:25 h., me acabo de levantar (bastante bien, como intuiréis...); me había despertado a las 3.20 h. y pensé que otra noche más eso es lo que daría de mi sueño, pero estaba cansadísima físicamente, agotada, quieras que no (me encanta esta expresión, es muy de señora mayor) ya son 10 u 11 días de tratamiento, no recuerdo (pa variar) y por mucho que lo intente... sé que en algún momento se me tiene que pasar este "enfarlopamiento" y el cuerpo se resiente, a la fuerza... no te puedes pasar todo el día haciendo como que no pasa nada, poniendo buena cara y sonriendo para demostrárselo a los demás; ni siquiera creo que eso sea sano, en algún momento, el cuerpo primero y luego vendrá la mente, vencerán, eso tenedlo clarinete... La corti agota mucho; yo suelo resistirla mejor ingresada que en casa en este sentido; supongo que porque ingresada no tienes que hacer absolutamente nada, con que respires y te aguante el corazón... suficiente, ¿no? Y en casa, claro... no... diferente... te mueves porque te aburres, limpias, intentas dar pequeños paseos no muy lejos, bajas a comprar (acompañas, más bien...), y eso se nota y te cansas a la fuerza. Siempre me pasa que cuando me ingresan por brote, al salir, me siento como muy desprotegida, queriendo llegar a mi casita, a mi camita, con todas mis fuerzas, pero a la vez, como si fuese una niña pequeña a la que han dejado sola y ahora te entra un pelín de miedo en plan "jo, y si me pasa algo? y si me pongo peor y no hay ningún sanitario que sepa que hay que hacer?" Os ha pasado alguna vez? Supongo que será un poco normal, quiero pensar que es un poco normal... :-)

Aclaración: el tema de ingresar o no en un brote, aunque se te puede consultar, de hecho se habla delante tuya y se te pide opinión, no depende por lo general de ti; el neuro ve la situación, valora el brote y decide si te las puedes apañar sola en casa, con autonomía, o vas a necesitar ayuda. Ejemplo: yo estaba vez no ingresé, además de porque no querían tenerme allí con el COVID tan cerca, porque el neuro vio que a pesar de que el brote era importante, tomándome la medicación en casa tranquilamente no tendría un problema de autonomía y sería mejor para mi recuperación; sin embargo, en el anterior brote que me dio a la vista y que os explicaba en otra entrada, veía doble, perdía el equilibrio, estaba mareada, también veía borroso... y, claro, era un riesgo mandarme para casa por mi integridad física (que me podía dar una hostia de flipar, claro...) De hecho al volver a casa hubo que hacer algo de bricolaje para asegurarnos de que esa hostia no acabara llegando escaleras abajo o en la ducha, por ejemplo, y lo conseguimos, pero me tragué unas cuantas esquinas, sí... :-D Daos cuenta de que, cuando te dan el alta, más que nada es porque acabaste el tratamiento, pero eso no suele significar que te hayas recuperado del todo ni mucho menos.... te vas como "a medio gas" y acabas de recuperar en casa.

Mira, no iba a entrar yo en brotes otra vez, pero esto me parece necesario porque la gente se equivoca mucho y piensa que estás mejor o peor dependiendo de si ingresaste o no; y para nada, hay otros factores que se tienen en cuenta. ¿Si alguna vez tuve un segundo ingreso por un mismo brote? Pues yo no, y no sé si eso es posible o no, sinceramente, ni puta idea. Ya lo iremos averiguando, supongo... :-)


Vale, retomamos.


La historia es que estaba en mi camita a las 3 y pico, desperté muy cansada y me dije que no podía levantarme porque no podía literalmente con el alma, así que decidí seguir en la cama dando vueltas como buena insomne (no sé, como si a ver si me mareaba y me desmayaba o algo :-D) y acabé cayendo, claro... hasta las 7 y algo... wooooowwww... molaaaa!!! Estoy despiertísima, hoy sí que se acabó el dormir, pero no importa, estoy bien, aunque muy muy torpe con el tecleado, la verdad, me equivoco continuamente, eso no me gusta, me enfada :-(

Mientras me entraba y no me entraba el sueño y daba vueltas tal que peonza, ya había decidido varios temas sobre los que hablaros hoy que, por supuesto, no recuerdo. Joder...


Sí recuerdo que pensé mucho en una chica que nos seguimos en el twitter y que está casi recién diagnosticada, estuve hablando por la tarde con ella un cachín, me contó que su primer brote era muy parecido al que tengo yo ahora, que se asustó mucho, y eso fue hace muy poco tiempo, ni siquiera tenía todavía medicación asignada (bueno, eso es que no es como dar un ibrupofeno, que diría mi suegra - buenos días, Ana!-, hay que solicitarlo, tienen que valorarlo como un comité de expertos por decirlo de algún modo en base a tu historial, resonancias y demás, lleva un poco de tiempo...) Le dije que yo tenía algo más de experiencia sobre la EM y que si necesitaba conocer alguna respuesta que yo supiese darle a ciencia cierta o algún consejo, que no dudara, para eso estamos además de para escribir nuestras paranoias de persona colocada por las pastillas a horas intempestivas... Me pareció una chica muy agradable, la verdad. Se le intuían miedos varios, pero... supongo que por eso es obligatorio pasar y no se van a pasar solos y rápidos, no...hay que hacerse a la idea...

Me habló de que tenía ansiedad, yo le dije que ansiedad y depresión, que era muy habitual al parecer en esta enfermedad (y en otras, por supuesto, evitemos el victimismo). Yo, por mi carácter, supongo, y la forma de ver la vida y de reírme de todo, tardé en desarrollarlas... o no sé si decir que no se dejaron ver tan fácil; un día me da un ataque de ansiedad (yo en realidad no tenía ni puta idea de que me pasaba, me encontraba fatal, sin más) y al poco otro y otro y otro, hasta 2 ó 3 por semana (qué guay, eh?); a los 3 o 4 meses decidí que no sabía qué era aquello, pero que yo sola no podía con ella, así que un muy buen amigo me recomendó a alguien (buenos dias, Victoria!) y me ayudó lo que no os podéis imaginar, en serio, hasta me estoy emocionando... mi vida no consistiría en seguir riéndose de todo si no fuese por ella y por el empeño que puso en que no podía quedarme en el agujero mirando a los demás desde el fondo sonriendo y diciendo "no, pero no pasa nada, estoy bien" No, no lo estaba, estaba pelín fatal, las risas estaban muy bien, el sentido del humor como recurso estaba genial... pero no lo dominaba como debía, había que aprender a controlarlo. Y me enseñó. Y muchísimo mejor, dónde a a parar. Me enseñó a afrontar mi situación, a ponérmela de frente y decirme que ésa era la realidad y la había que coger y galopar con ella... con ella, no para ella; lo estoy pensando mucho porque no me quiero confundir mucho aquí que es muy importante.

Tú no eres una enfermedad, tú tienes una enfermedad que te va a acompañar toda tu vida presumiblemente y que debes aprender a convivir con ella, haciéndole caso cuando haya que hacérselo, pero eres muchas más cosas que una enfermedad. Creo que fue algo así, o eso es el resumen que yo saqué en claro y que me sirvió muchísimo. Muchísimo.


Con la ansiedad llegó la depresión. En realidad muy unidas. Otra experiencia :-) La verdad que fueron momentos muy difíciles, pero también era necesario que los afrontara, así que cogí el toro por los cuernos y a por ello. No había otra salida. A veces tengo mis recaídas, claro... verás cuando termine el brote, me voy a cagar! Pero eso vendrá y ya será otro momento con otras circunstancias. La psico y yo nos solemos reír de cómo me deja este asunto, dice que soy lo más parecido a una embarazada con las hormonas pululando a toda hostia haciéndome reír y llorar casi a la vez; a la vez algunas veces, diría yo. Te pones sensible, histriónica, lloras por cualquier cosa (hecho por el que evitas ver la tele y demás), te ríes exageradamente de tonterías (que, a ver, tampoco es que yo tenga un humor muy exquisito...), el maromo de la esquina de la cama también se parte... cabrón... :-D


Y, es por ello, bricoconsejo, que os diría, muy en serio, que ante un diagnóstico complicado, como es éste y antes de que os queráis morir en un ataque de ansiedad... os pongáis en manos de un psicológo que os ayude a llevar esta mierda, que no es fácil, qué va... necesita mucho trabajo de su parte pero también de la tuya.


Y hago un inciso también para señalar, que me da muchísima rabia, que estar un poco triste de vez en cuando y pensar que el resto del mundo está en mi contra y yo soy una víctima, suele ser la base de otros problemas psicológicos y/o psiquiátricos, pero no depresión, aunque sí es cierto que ésta te deja un poco "expuesta" a estos pensamientos, pero no en bucle, vamos... De todas formas, igual te lo tienes que hacer mirar igual... Desde luego, si los objetos te hablan... yo me lo miraría! ;-)


Bueno, de inciso nada, que ya son más de las 8.30 y tengo hambre!


Por la sombra!





92 visualizaciones9 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
Publicar: Blog2_Post
bottom of page