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  • Foto del escritorNagore LM

No es cómo se empieza, es cómo se acaba

Hoy no iba a escribir. Ni de coña. Y la respuesta a por qué es bastante simple y preciosa de sobrellevar. Ya me levanté de buena mañana jodida. Vamos por el principio.


Ayer iba siendo un día normal de un brote más bien fácil de llevar, en lo que lo peor es la medicación, pero poco más. A última hora de la tarde, así porque sí, sin que nada ni nadie hiciese nada especial que lo provocase, empecé a sentirme muy, muy, muy cansada. A la hora de la cena ya me costaba mantenerme despierta, cenando sin gana ninguna (pero algo había que meter en el estómago...), me dolía la cabeza (nada nuevo en el horizonte, sí...), la postura cenando como para que un fisio me echase una buena bronca (pero es que no tenía fuerza para estar erguida siquiera)... una piltrafilla, vamos... Nada más cenar, el maromo me ordenó que al sillón y descansara un poco mientras él cocinaba (que tampoco sé de qué tenía que descansar, porque vamos...) Total, que no debí durar despierta ni 10 minutos, enseguida me dormí y enseguida me echó el otro para la cama, aprovechando que había caído sola sin pastillina. Dormí hasta las 6 de un tirón, pero nada más abrir los ojos ya me di cuenta que da igual las horas que hubiese dormido... estaba exactamente en el mismo estado que cuando me acosté. Agotada, con sueño pero sin poder dormir (bueno, esto no, porque dormir, dormí, aunque no descansé), un dolor de cabeza horrible. Guay, empezamos genial. Bueno, a ver si desayunando se pasa, pensé. No, cada vez más cansada, cada vez más dolor de cabeza... ibuprofeno al canto y a ver... a ver nada, porque seguí igual e incluso peor.


Es decir... una noche típica de la EM con un despertar típico de la EM. Sé que hay gente con aquí nuestra amiga la EM que le pasa bastante, a mi no suele sucederme, pero... me tocó anoche. Para que nos entendamos, casi podemos compararlo con una mala noche de cualquier persona pero un pelín multiplicado. Un pelín (ironía on).


Así que decidí no escribir porque no tenía ni fuerza ni ganas ni ná de ná. Pero a eso de las 11.30 decidí volver a desayunar otro cafetín y las sobras de la cena; a continuación miré por la ventana y vi el sol reflejando en las hojas de unos árboles guapísimos que tengo en casa en tonos rojos, ocre... y me dije "ah, no, pues te vas a joder, voy a bajar con el trípode y a ver qué se me ocurre" Con el trípode, no expliqué por qué, pero es porque hoy el pulso no me acompaña tampoco. Otra cosina simpatiquísima de la esclerosis, sobre todo cuando te gusta sacar fotos. Una pasada (ironía on de nuevo). Total, que sigue doliéndome el tarro, pero por lo menos ya se me apetece hacer algo, aunque me tenga que obligar un poco física y anímicamente. Pero es que me niego a estar así todo el puto día de hoy, o de mañana también, o el finde o cuando le da la gana a esto a que se acabe.


Yo creo que puede tener que ver algo más con el tema de la desescalada de la corti, porque a medida que fui metiendo alimento, fue pasándose casi todo. Casi, pero algo es algo. Sobre todo la sensación de debilidad, ya no es tan fuerte. Pero ojo, esto es un aprendizaje de cuando yo estudié neurología, o sea, nunca. Esto es una conclusión mía, personal, completamente subjetiva y probablemente (seguro) con poco fundamento también. Sí es cierto que cuando tomas la corti en el hospital, suelen insistirte mucho en que comas mientras tengas el gotero puesto, así que a lo mejor tampoco voy tan desencaminada, o sí, ni puta idea.


Mira, os voy a decir la verdad (que no es que antes no os la dijera), pero me está dando un bajón otra vez, cojonudo, así que voy a comer y me da que después voy a volver necesitar a dormir. Sí, empiezo a estar como por la mañana. Joder. Igual me precipité intentando hacer algo. Igual no, fijo.


Ya veis cómo es esta enfermedad... traicionera, muy traicionera. Es lo que hay. Os dejo porque ya empiezo a notar que cada vez me echo más encima del ordenador.


Se acabó la fiesta. Hoy, por la sombra y por lo segao! 🤟


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